Adicción
Qué verguenza
No puedo escapar de este embrujado pasillo, de mi propio fantasma y todo lo que amo y he tratado de alejar.
Venga el infierno o un pleamar, soy tan miserable como el pecado y esta posición en la que me encuentro nunca prevalece. Por eso dicen,
Habla del diablo y aparecerá. Las cargas son tan pesadas… cada día se hace más evidente. Estás sumergido.
Trato de mantenerme fuerte pero siempre me rindo; deseando poder escapar de mí mismo, deseando alejar esta maligna tentación… deseando matar esto que amo.