/Inductivo

Deseo

Durante las últimas semanas, todo lo que he visto en las noticias, en el periódico, en Facebook todo Internet son palabras de odio. Veo historias de rencor hacia varios candidatos presidenciales, veo sonrisas brillantes que en el fondo están pidiendo un auxilio, veo historias llenas de suposiciones falsas y un sentido de derecho. Lo que veo, y que me entristece admitir, es una mezquindad y una falta de respeto inmensurable. Y es algo que me cuesta mucho entender.

Todos somos personas. Sí, todos somos iguales. Claro, somos individuos y tenemos diferentes personalidades y diferentes situaciones de vida, pero al final, todos somos personas, somos terrestres de conciencia elevada, todos somos humanos. Y todo ser humano, sin importar su raza, género, origen, condición social, edad, orientación sexual, religión o partido político merece ser tratado con amor y respeto. Toda persona merece ser tratada con compasión.

Como personas, es nuestro deber amarnos unos a otros. Cuando nuestro prójimo sea animal o humano se cae, es nuestro trabajo recogerlo. Cuando necesitan nuestra ayuda, debemos estar allí para ayudarlos; aunque suene egoísta, deberíamos hacerlo sólo porque sabemos que nos gustaría su ayuda si estuviéramos en la misma situación. Todos nos necesitamos los unos a los otros. Necesitamos amarnos los unos a los otros. Necesitamos mostrar compasión por nuestros semejantes.

Como personas, debemos respetarnos unos a otros. En el momento en que referimos a alguien por algo que no es nuestro igual, el respeto se pierde. Etiquetas, sí… dichosas etiquetas. Una hez moral que usamos a diario para faltarnos el respeto los unos a los otros, una justificación que muy en el fondo es vacía. Necesitamos referirnos a otros como nuestros semejantes, no por su raza, su orientación sexual, su edad, su género, su religión o su afiliación política, sólo algunas de las cosas que usamos para dividirnos como especie. Y aunque, sí, muchas de estas cosas nos hacen quienes somos, no debemos ser irrespetados por las cosas de las que estamos compuestos. Debemos ser respetados independientemente de nuestras singularidades. Al final…

Lo que nos hace grandes es el hecho de poder ver lo pequeños que somos… y darnos cuenta realmente de lo infinitamente vasto que pueden ser nuestras mentes.

Respetarse o amarse unos a otros no significa que siempre tengamos que estar de acuerdo con todo lo que hacen o dicen. Significa que debemos respetar que tienen una opinión diferente a la suya, significa que no necesitamos atacarlos por tener una opinión diferente a la nuestra.

Me cuesta mucho entender por qué no podemos comportarnos como tal, incluso hasta yo mismo en ciertas circunstancias.

Espero que algún día, cuando abra mi portátil, pueda ver historias de felicidad, amor, paz y respeto. Espero poder encender la radio del vehículo y escuchar historias de personas que ayudan a otras personas. Espero que nosotros, como sociedad, como pueblo, como especie, seamos capaces de mostrar a nuestros semejantes un respeto, dignidad y afecto porque como especie, no merecemos menos.

Mi deseo 24 para este mundo es abolir el odio y la ira. Hemos perdido más que suficiente tiempo y energía en la falta de respeto y separación, en guerras y avaricias… una energía preciosa y un tiempo que podríamos haber dedicado a mejorar el mundo y nuestra sociedad.

¿Quizás sea muy utópico? Tal vez…

Gian

Gian

Soy alguien que siempre hace cardio en el camino de la excelencia. Pensar demasiado es mi espada de doble filo. Me encanta programar, cargar cosas pesadas y hablar de cualquier idea.

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